A 40 minutos del centro de Zacatlán se encuentra este valle que ocupa una superficie de cuatro kilómetros cuadrados, adornado por sus piedras monumentales que parecen superpuestas. Tienen una antigüedad 65 millones de años de edad, sus figuras se han formado por la actividad volcánica, reacciones químicas y agentes atmosféricos como la lluvia, el viento, el sol y la humedad. Es posible acampar en el lugar.
Existen múltiples teorías sobre el origen de estas rocas, sin embargo la más acertada de acuerdo a estudios científicos por parte de la Universidad Autónoma de México (UNAM) 2009, las rocas son de origen volcánico con una edad aproximada de 1.3 ± 0.2 millones de años, son parte de un depósito de flujo piroclástico rico en cristales de alta densidad. En el lugar se observan extrañas esculturas pétreas causadas por la erosión diferencial, tienen el aspecto de lavas de color café o gris oscuro y se caracteriza por el alto contenido de cristales de cuarzo y feldespato. Son numerosos los elementos que intervienen en el tallado del perfil de los restos rocosos, la heterogeneidad de la composición química, su colocación según la dirección de los vientos y el conjunto climático al que están expuestas, son algunas de las causas de su desgaste irregular que generaron un equilibrio inexplicable, una gran belleza y originalidad.